El poema crece en el sitio en donde el lenguaje se ve limitado para expresar sentipensares, crece como una voz interior del individuo para volverse voz colectiva al ser escuchada, la poesía es la voz mayor de los pueblos en resistencia, es por eso que la presente antología de voces ennegrecidas es una aportación sonora a la resistencia cultural, a la creación y recreación de símbolos, del entorno, de la naturaleza geográfica en la obra plástica de Leonel Maciel, sus temas abrevan de una memoria afrodiaspórica y mesoamericana que el verso recoge, nombra y vuelve a encender. Poesía e imagen se funden en un territorio común de evocación en donde la herencia no es reliquia inmóvil, sino fuerza viva que insiste en ser presente.
En este libro, la palabra poética se despliega como acto de resistencia: un gesto de libertad que reclama para sí el derecho de nombrar, de rehacer el mundo simbólico desde otras memorias y otros cuerpos. El arte aquí no se limita a la palabra; dialoga con la imagen, la plástica, la memoria visual. La écfrasis, constituye una respuesta creativa a la obra de arte, una meditación, un hechizo, un relato que enlaza el mundo del que surge la obra con el presente e imaginario de quien escribe. Esta práctica poética resuena en las piezas reunidas, donde la pintura y la palabra se entretejen en un mismo tejido de signos. Así, los poemas y los textos no sólo hablan de imágenes, sino que se vuelven también imágenes nuevas, capaces de resignificar los símbolos que nos preceden.
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